El comienzo del camino

 En esta publicación quiero compartir mi experiencia adentrándome en el mundo del Pilates. 

Los comienzos generalmente no son fáciles y requieren de esfuerzo y sacrificio, y esto no iba a ser menos. Es por eso que con total transparencia quiero compartir como ha ido siendo mi recorrido con el fin de motivaros a que a pesar de las dificultades sigáis intentándolo. 


Como ya mencione en mi primera publicación comencé a investigar dentro del mundo del Pilates puesto que me causaba curiosidad. La filosofía del Yoga me encantaba y quise ir más allá descubriendo nuevas vertientes. Mencionar aquí que no es necesario saber de Yoga, ni haberlo practicado para comenzar a hacer Pilates. De hecho, yo empece con él Pilates al poco tiempo de comenzar a practicar Yoga.

El comienzo no fue sencillo, la frustración por no aguantar una clase completa de Pilates, por no ser capaz de hacer bien los ejercicios, por no ser capaz de conseguir esa conexión mente/cuerpo es lo primero que aflora. Yo que venía practicando de manera rutinaria otras disciplinar deportivas como body combat, fitness y running lo cual suponía que me mantenía en forma, resulto en que no era suficiente para ser capaz de aguantar una clase de Pilates. Los pensamientos negativos que te genera esta frustración no es más que tu cuerpo luchando contra tu mente y en este punto tienes dos opciones: 1) demostrar a tu cabeza que serás capaz de llegar a conseguir todo lo que no eres ahora capaz o, 2) abandonar. 

Sin duda, la opción que yo elegí fue la de seguir. Yo quería ser capaz de lograr hacer esas posturas, esas series de repeticiones que en ese momento me resultaba imposible hacer. En este punto considero que esta fue la primera enseñanza que me dio el Pilates. El camino hacía las mejores cosas generalmente suele ser el más complejo y el que tiene más baches en el recorrido, sin embargo el esfuerzo y la constancia para conseguir aquello que deseas es lo que te hace triunfar. El Pilates me fascinaba, ver a profesionales que lo llevaban practicando durante años me alucinaba. La facilidad con la que parecía que realizaban los movimientos, la elegancia, la luz que transmitían, su filosofía de vida era algo que yo algún día quería experimentar en mí, ser capaz de conseguir eso. 

Por supuesto, como cualquier ser humano tuve mis momentos de dejarlo mas de lado, momentos de practicarlo a diario. Durante un tiempo debido a obligaciones profesionales el Pilates paso a un segundo plano de mi vida, practicándolo muy de vez en cuando. Sin embargo, al tiempo decidí volver a él, justamente en un momento de mi vida donde me sentía estresada, sobrepasada por lo que estaba sucediendo en mi vida. Inconscientemente las ganas y necesidad de volver a practicar Pilates se encendieron dentro de mi queriendo mi cabeza encontrar ahí la vía de escape. Esto fue justamente hace poco más de un año y desde ese momento, no he podido volver a dejarlo apartado en mi vida.

Siento que en ese momento mi cabeza quiso volver al Pilates porque aunque yo no era consciente de ello, mi cabeza ya sabía, porque lo había experimentado las temporadas que lo había practicado, lo bien que se sentía cuando dejaba todo de lado y me tumbaba sobre la colchoneta a realizar una rutina. Tiempo más tarde, ya practicándolo de manera regular, volvió a ser una ventana abierta en otro momento de incertidumbre en mi vida donde me sentía perdida y navegando sin rumbo. La ventana que me abrió en ese momento fue él despertarme las ganas de formarme en Pilates como profesora y sin duda esta siendo maravilloso. Poder ayudar a través de esta disciplina a otras personas a conseguir ese estado de paz que he sido yo misma capaz de lograr, mejorando sus vidas, conectar con otras personas que vibran en tu misma frecuencia y aprender de ellas es sin dudas una de las cosas más gratificantes que hay. 


La constancia, el esfuerzo y no rendirse son pilares importantes para muchos aspectos de nuestra vida. Luchar por aquello que nos motiva y queremos conseguir nos hace sentirnos vivos y realizados. Para todo el mundo que esté en ese punto de partida, en ese momento de frustración sabed que todo pasará. Llegará el día en el que la mente sea capaz de conectar con el cuerpo y en ese momento veréis todo diferente y todo cobrará sentido. 

Y para los que todavía tengan alguna reticencia para empezar. No, no es necesario tener flexibilidad para realizar Pilates. Cuando comencé yo no era nada flexible y con el tiempo he logrado alcanzar una flexibilidad que no había tenido jamás. Tampoco es necesario estar en forma, el Pilates abarca todos los niveles, por lo que si esta es tu primera toma de contacto con el deporte después de mucho tiempo, déjate asesorar por alguien con experiencia puesto que en el nivel de iniciación hay ejercicios perfectos para que puedas comenzar. En cuanto a lesiones, la practica regular del Pilates ayuda a mejorar lesiones y dolencias, no obstante siempre déjate asesorar por un profesional para que te oriente en aquellos ejercicios que te favorecerán.


PASITO A PASITO.





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