Pilates en familia

 El pilates no es ni mucho menos una práctica solitaria que debas practicarla tu en la soledad de tu casa o como mucho, en una clase donde cada uno esté centrado en su propio ejercicio.

Esos momentos de soledad e introspección son muy importantes porque como seres humanos necesitamos conectar con nosotros, sentirnos a nosotros mismos. Sin embargo, hay momentos que nos apetece compartir con nuestras parejas e incluso hijos. El pilates puede también servir como herramienta para pasar ese tiempo de calidad con los demás y en este caso, conectar con ellos. Así mismo, puede ser un recurso muy potente para esos días donde la pereza puede con nosotros y nos cuesta ponernos en la esterilla a fluir. Hacerlo en compañía siempre será un extra de motivación.


Para todos aquellos que tengáis niños pequeños, no penséis que no es para vuestro caso. Os sorprenderá descubrir lo que los niños son capaces de transmitir desde su inocencia. En el caso de los niños por supuesto, tomara la connotación de un juego pero no dejara de traer los beneficios que genera una buena práctica de pilates. La inocencia de los niños, su libertad corporal desligada de el estrés que caracteriza al cuerpo de los adultos, de tendencias marcadas por cánones de belleza, la tensión sufrida en el día a día, las preocupaciones, generará una armonía mucho más pura.

Empápate de la inocencia de los niños, de sus risas y del juego que se traen dentro de la práctica. Verás como ellos prácticamente desde el comienzo de la práctica son capaces de centrarse en el aquí y el ahora y disfrutar del momento. Su cuerpo fluirá sin tensiones, con una facilidad asombrosa. Al final de la práctica estarás contagiado de esa inocencia ante todo lo que hacen en la vida.


Para los adultos, practicar junto a tus hijos mayores, padres, pareja, hermanos … será una gran forma de conoceros aun más desde una perspectiva mucho más profunda. Os permitirá tener ese rato que dedicaréis exclusivamente para vosotros, para estar el uno con el otro, conectando. 

Las relaciones se vuelven mucho más sanas y sinceras gracias a poder conocer a la persona desde lo más profundo de su interior, esa parte que muchas veces hasta nosotros mismos desconocemos de nuestro ser. Por tu parte, déjate llevar por el momento y ábrete a cualquier sensación que surja de esta conexión.


Poder compartir momentos con nuestros seres queridos es el mayor regalo que podemos tener en la vida.






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