El Pilates y el verano - ¿Cómo seguir con la rutina de entrenamiento?

 El verano es una de las estaciones más deseadas del año para muchos. Para muchas personas supone salir de la rutina de todo el año, descansar, aprovechar las largas tardes para estar en una terraza tomando algo, ir el fin de semana a pasar el día a la playa, viajar, hacer más planes de estar fuera todo el día …

Es maravilloso encontrar un momento en el año donde disfrutar sin preocuparnos, nos merecemos tenerlo después de todo a lo que tenemos que hacer frente a lo largo del año. Sin embargo, esa ruptura de rutinas hace que rompamos también con nuestra rutina de pilates.

En esta publicación no pretendo convencerte o destacarte los motivos de porque tienes que seguir manteniendo esa rutina durante este época. Simplemente vengo a decirte que sea cual sea tu decisión acéptala sin culpabilizarte ni agobiarte por ello.

Si decides que únicamente harás tus entrenamientos de pilates en aquellos días o momentos en los que te apetezca y puedas, está bien. Si por el contrario decides que a pesar de estar más tiempo fuera, de viajar, de tener más planes que te llenan el día, la práctica de pilates es algo que no quieres dejar de hacer, está también bien.

Hacer algo a la fuerza o encajarlo sin ganas y sin tiempo por seguir con algo y no perder la rutina es lo peor que podemos hacer. Bastantes cosas tenemos a lo largo del año que son así como para añadir en tu tiempo de descanso una más, la cual debe suponer todo lo contrario. La práctica de pilates, como ya hemos comentado muchas veces, es una filosofía de vida que va mucho más allá de practicarlo para tener una figura bonita o estar en forma. Cuando te pones en la colchoneta a practicar pilates debes creer verdaderamente en lo que estás haciendo, hacerlo con una conciencia, con una motivación. Si por el contrario la práctica la realizas por la inercia, por obligación de no perder lo progresado o simplemente con la imagen de mantenerte en forma durante el verano para tener un cuerpo bonito, forzándote a practicarlo sin intención ni motivación no te servirá de nada. 

Si te vas de vacaciones y decides seguir practicando pilates, si cambias tus rutinas pero consideras que tu rato de práctica de pilates es sagrada y debe de estar en esa nueva rutina veraniega, entonces si es una buena decisión.

No está mejor una opción ni la otra, son dos posibilidades completamente respetables y validas. Puedes ser de las personas que da igual como se altere tu vida, necesitas que la práctica de pilates siga estando presente en todos los momentos porque los beneficios que te trae los consideras necesarios en todas las situaciones de tu vida y te hace sentirte mejor que cuando no lo practicas. Por el contrario, puedes ser de las personas que cuando están en su momento de disfrute en el verano prefieren apartar por unos días todo y no tener nada que les suponga una rutina o algo que tienen que planificar el hacerlo dentro de por ejemplo, unas vacaciones con la familia o amigos.

Otra alternativa que se puede optar es espaciar más las prácticas o hacerlas más cortas. Nuestro cuerpo y mente nos agradecerá cada segundo que dediquemos, aunque sean 10 minutos. No te agobies porque no puedes realizar un rutina de por ejemplo, 1h cómo sueles hacer el resto del año. Si solo puedes darte 10 minutos estará bien y te reportará igualmente esos beneficios que trae el pilates consigo.

La filosofía que persigue esta forma de vida es la de no juzgarse, no presionarse y respetarse. Escúchate, escucha a tu cuerpo y toma las decisiones en base a eso. Respeta la decisión que tomes y abrázala sin juzgarte ni tener ningún sentimiento de culpabilidad. Si te escuchas vas a elegir la mejor opción para ti y esa va a ser la opción correcta.


Disfruta del verano queriéndote y respetándote!




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