La constancia


 A lo largo de nuestra vida nos encontramos con innumerables retos que no son fáciles de conseguir, pero la perseverancia y el esfuerzo nos hacen llegar a un buen fin y que afrontar las adversidades del camino haya merecido la pena.

Cuando comenzamos a practicar cualquier disciplina deportiva sucede lo mismo, al principio es difícil poder seguir el ritmo y ejecutar todo la perfección. No obstante, logramos cada vez hacerlo mejor mediante el esfuerzo y la práctica.

En el caso del Pilates no iba a ser diferente. El comienzo puede ser complicado, chocante e incluso llegarte a desanimar por no poder llegar a ejecutar según qué ejercicios. En contrapartida, el Pilates tiene una doble cara muy positiva y es el impacto psicológico que hace en nuestra mente, la cual si se toma como objetivo principal por encima del esfuerzo físico, nos animará a continuar y no desistir.


Como ya he comentado en publicaciones anteriores, la práctica del Pilates va mucho más allá de trabajar nuestro cuerpo para conseguir una figura bonita. Así mismo, poner este fin como principal objetivo originará posiblemente que te frustres por no poder ejecutar los ejercicios completos a la primera, por no poder dar más y a la larga, acabarás forzando tu cuerpo superando sus límites o abandonando pensando que esto no es para ti. 

Te invito a que comiences a practicar Pilates estableciendo como objetivo una mejora a nivel mental, como soporte para ver la vida a través de una nueva filosofía basada en la escucha, el respeto y la constancia. Poner este foco como meta de todas y cada una de las prácticas que realices te ayudará a continuar en el recorrido.  Tener esta intención final te ayudará a desarrollar los principios de respeto hacía ti mismo. Practicar Pilates desde la perspectiva de sentirte mejor y cuidar todo tu ser evitará que fuerces tu cuerpo innecesariamente, te hará ser consciente de hasta donde eres capaz de llegar y te ayudará comprender y entender que es perfecto tal y como lo haces, sin necesidad de ejecutar un ejercicio hasta tu máximo nivel. 

El objetivo del Pilates no es trabajar para ejecutar los ejercicios en sus puntos más retantes y avanzados, sino que su objetivo es conseguir hacerte sentir mejor. Que una práctica de Pilates te sirva para salir renovado tanto por dentro como por fuera. El aumento de la dificultad irá llegando, por supuesto. Según vayas practicando irás comprobando cómo ejercicios que eran al principio prácticamente imposibles se vuelven muy sencillos. Notarás como entrenamientos que antes eran agotadores ahora se vuelven una secuencia armoniosa que puedes seguir a la perfección sin apenas despeinarte. 

La clave está en que tu bienestar sea el condicionante para quedarte donde estas o subir el grado de dificultad y no que aumentes el nivel y el esfuerzo a costa de tu bienestar.


Como todo en la vida, las cosas son diferentes según desde la perspectiva en la que las miremos. Busca aquella perspectiva que se perciba mediante los ojos de la comprensión y la aceptación, así sabrás que no te estás equivocando. 

La motivación para continuar se encuentra en las pequeñas cosas. Obsérvate y descubrirás de ti mismo muchas cosas que antes desconocías.





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